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La Naturaleza Humana en Cristo: Esposa del Verbo


De Margarita

Qué profundo todo esto.  Como hoy no se oye hablar sino de amor, aunque por lo general no entendemos el significado de esa palabra, creo que si a uno le presentan las relaciones con Dios con base en el temor, no las aceptaría.  Sí, he pedido al Señor que algún día pueda decirle en lo más profundo de mi alma, que yo también he creído en el amor.

¿Por qué nunca le hablan a una de esto?  Antes no caía en la cuenta, pero en estos mese que llevamos de correspondencia lo he notado, en todo caso, por ahora voy a preocuparme por lo que me toca a mí.

En cuanto a gustos, como  que todo me gusta: qué hermoso es por ejemplo servir como mamá a tantos niños huérfanos; o de enfermera a esos pobres postrados en la cama, tampoco me disgustaría enseñar.

Pero no sabría por cuál de estos oficios me decidiría. ¿Por qué no me habla de los diferentes campos de apostolado a  ver  si  alguno  de eso

me atrae especialmente?  Quizás cuando nuestra correspondencia avance y haya usted terminado la trascripción del libro yo haya encontrado mi camino.  No puedo explicarle el estado en que me encuentro.

Ahora reflexiono más y Dios quiera que mi oración sea más intensa.  No deje de olor por mí.

Margarita

 

A Margarita

Me pides algo imposible Margarita.  No se pueden enumerar todos los campos del Apostolado porque son innumerables.  Toma tu Evangelio y lee el capítulo décimo de San Mateo y el Décimo de San Lucas, son como un resumen de las instrucciones que Jesús le dio a sus discípulos cuando los envió a preparar su visita.

Como puedes constatarlo, Jesús propiamente no les habla de lo que tienen que hacer, sino de cómo deben ser ellos.  Todas las «cartas a Juan» se centran en una idea fuerza: ser el doble de Jesús; la idea fuerza de estas cartas es que la chica que quiera vivir su bautismo, debe ser esposa de Jesús y comportarse como tal, San Pablo proponía este ideal a la gente más mala como era la de Corinto, como tú misma lo notabas.

Juan me dice en sus cartas que él no siente una vocación especial, tampoco tú. Ambos están pensando en un matrimonio futuro.  En todo caso Jesús te invita a ser su esposa, ahora, así como eres, allá donde estás.  ¿Qué respuesta le vas a dar?.  Siendo su esposa El te conducirá donde más intimidad pueda tener contigo.  «Dios es cariñoso con todas sus criaturas» dice el Salmo 144. Déjate querer y responde con amor, Margarita.  Lee el canto que me transcribiste  en una de tus cartas y siente aquello que sintió Jesús.

Sigamos ahora con el libro de Dom C. Marmión:

Capitulo Segundo:
LA NATURALEZA HUMANA EN CRISTO: ESPOSA DEL VERBO

«Los padres de la Iglesia ven en el libro sagrado «El Cantar de los cantares» el símbolo de la inefable unión que existe en Jesús, entre el Verbo y la Naturaleza humana.

El Verbo es el esposo; él mismo se escogió la esposa: una naturaleza humana.  El seno virginal e inmaculado de María es el lugar donde se realiza esta inefable unión nupcial, tan inefable y tan grande que el que la realiza es el mismo Espíritu Santo que la sella con su amor substancial.  Ahora bien, si consideramos la santa humanidad en esta condición de unión al Verbo, veremos que se realiza a la maravilla en una trascendente plenitud, los rasgos en los que San Bernardo quiere que se reconozca a la esposa del Verbo.

Puede decirse que la naturaleza humana en Jesús se ha despojado completamente de sí misma y no tiene apego a ninguna criatura.  Y como bien sabemos, esa naturaleza pertenece a nuestra raza y por lo tanto es auténticamente humana.  Jesús es tan perfectamente Dios, como tan perfectamente hombre.  La naturaleza humana en Jesús es integral: Alma inmortal, unida a un cuerpo, con facultades, sentidos y potencias.  Por eso dice San Pablo que Jesús es semejante a todo en nosotros menos en el pecado (Heb. 2,7 y 4,15).

Esta humanidad no posee nada propio, ni siquiera tiene personalidad propia; está desprovista de ese «yo» que es como el centro de esa naturaleza individual de nosotros.  Por eso en Jesús hay dos naturalezas, la humana y la Divina, pero una sola persona, la Divina del Verbo que reemplaza y suple a la naturaleza humana.  No se encuentra en nuestra naturaleza humana una renuncia tan absoluta.

Verdaderamente lo ha dejado todo.  No teniendo nada que le de personalidad propia, no perteneciéndose a sí misma, la naturaleza humana de Jesús se adhiere plenamente al Verbo.  No es posible expresar con palabras humanas lo que significa esta unión.  Fuera de la unión inefable que une las tres Divinas Personas, en la unidad esencial de su naturaleza, no hay unión más estrecha, más íntima que ésta.

En Jesús su santa humanidad forma un «todo,, con el Verbo, un todo que hace que todo sea común , que las acciones de la naturaleza humana participen de la única y substancial belleza de la eterna sabiduría; que adquieran ese valor trascendente y ese precio infinito que solo las obras de Dios tienen.  De tal manera forman un todo que por eso adoramos la naturaleza humana del Verbo.  Esta unión es tan indisoluble, que una vez realizada, no cesa nunca, ni siquiera con la muerte y es precisamente lo que los elegidos contemplan, admiran, cantan y adoran en el cielo por toda la eternidad».

Sin duda, Margarita, te costará captar este misterio insondable.  Naturalmente no lo podemos entender, pero las luces de] Espíritu Santo iluminarán nuestra fe y si eres fiel al Señor y de verdad te entregas a ser su esposa, El como esposo amante te irá dando, a través de tu vida, las gracias que necesitas para cumplir la misión que te encomienda.

Afectísimo en Cristo,

PAFER

 

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